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lunes, 24 de octubre de 2011

A los chicos de la M tricolor les gustaría tener un modelo propio.

El jefe de desarrollo de BMW, Albert Biermann, ha confesado que en el departamento M están deseosos de lanzar un coche propio, una misión para la que poseen la capacidad técnica necesaria. El único problema es el mismo de siempre: antes de nada, hay que dejar contentos a los señores de contabilidad. 
Crear un nuevo deportivo de altas prestaciones, aunque fuera utilizando componentes del banco de órganos común de BMW, requiere una inversión de cientos de millones de euros, y M debería justificar su desarrollo con un potencial de ventas que lo hiciera económicamente viable. En palabras de Biermann, "todo lo que hacemos ha de ser rentable".

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