Turbo-lag, el gran motivo por el que un motor sobrealimentado sea una porquería a bajas revoluciones. Gracias al uso de turbinas de geometría variable, turbinas de menor inercia... pero el problema no hace más que disimularse.
Es en mecánicas como en la TSI del grupo Vag donde está la verdadera solución, compuestas por una sobrealimentación dual de la mano de un compresor volumétrico que trabaja desde el ralentí gracias al motor térmico hasta que se producen suficientes gases de escape para poner a pleno rendimiento el turbo.
Pero BMW se ha animado trabajar su propia solución, su fin es el mismo, conseguír una respuesta lineal y contundente desde el ralentí pero en este caso mediante una gestión electrónica. No tenemos mas datos pero lo veremos en los próximos modelos turbo gasolina de la firma alemana
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